Colaboraciones
¿Sí o no?
Kristen Wicce
Depende.
Y es que este tema es tan complejo como resolver un cubo de Rubik. Con la práctica y el tiempo le coges el truco, pero al principio solo te dan ganas de tirarlo por la ventana.
Como en la mente colectiva está extendida la idea de prácticas para trabajar ya de forma profesional, en la industria de la moda no iba a ser menos. El problema es que se nos está yendo de madre este concepto o hay demasiado listo que quiere aprovecharse de la situación.
Pero vayamos paso a paso:
En el ámbito de la fotografía de moda, se puede llamar colaboración, TFP (Time for print) o TFCD (Time for CD) a ese trabajo que haces como modelo a cambio del material fotográfico y/o de vídeo y de la publicidad de créditos allá donde se publique.
Estas colaboraciones vienen muy bien cuando estás empezando como modelo y necesitas coger soltura y tener material fotográfico para tus redes y portfolio. Hasta ahí ok. Y cuando digo empezando, me refiero a los primeros años, en plural.
El problema viene cuando marcas, diseñadores y fotógrafos se intentan aprovechar de tu imagen para obtener beneficios económicos de los cuales no te va a hacer partícipe.
Para mi, las colaboraciones REALES, aquellas que merecen la pena y son justas, son aquellas cuyo grupo de trabajo está en las mismas condiciones: son personas que recién se acaban de formar y necesitan poner en práctica sus conocimientos, entonces se reúnen y realizan un proyecto, porque a cambio de las fotografías, obtienen también entre todos ellos: publicidad, nombrándose y etiquetándose todos ellos en las RRSS.
Estas colaboraciones, pueden ser realizadas también entre profesionales ya con una amplia experiencia, pero ésta siempre suele ir ligada al nivel del propio grupo. Y tiene todo el sentido del mundo, no le vas a ir a Mario Testino a pedirle una sesión gratis, ¿no? Pues aquí en España, igual. Hay que saber medir en qué punto se encuentra una antes de contactar sin filtro a los profesionales, porque muchas veces puedes pensar: "No pierdo nada, total, el no ya lo tengo" Pero esa frase siempre suele traer más problemas que beneficios, sobre todo en este mundillo que es un pañuelo y todos nos conocemos. Otra cosa es que ya tengas experiencia demostrable y un buen portfolio para mostrar.
Yo, como fotógrafa de moda, si hago de colaboraciones, es para probar a nuevos maquilladores o estilistas para incluir en mi equipo y ver:
1.: La calidad de su trabajo.
2.: Su implicación, actitud y compromiso.
3.: El feeling con el resto del equipo.
Rara vez cuento con modelos sin experiencia, a menos que tengan unos rasgos muy diferentes, una actitud potente o me cuadre con el proyecto personal que quiera llevar a cabo. De hecho, hace tiempo que dejé de hacer proyectos personales porque sinceramente... el tiempo libre que tengo prefiero dedicarlo a buscar nuevos clientes y ya si no es remunerado, no te voy a mentir: no me compensa. Pero esto te lo digo yo, que llevo ya más de 10 años trabajando como fotógrafa de moda en la industria.
Hasta llegar donde estoy, me comí muuuuchas colaboraciones para enseñar al mundo mi potencial y lo que podría ofrecer.
Y a día de hoy me reporta espiritualmente más ayudar a jóvenes modelos a que den sus primeros pasos, que trabajar gratis para sacar proyectos que luego me llevan mucho más tiempo de edición y difusión para alguna revista. Cuestión de prioridades.
Realizar colaboraciones es una actividad muy satisfactoria y beneficiosa para seguir aprendiendo, lo malo, es cuando una de las partes quiere aprovechar este tipo de actividad para enmascarar un trabajo que debería ser remunerado, ya no por las horas de trabajo, si no por los derechos de imagen. Pero oye, que si cuela... cuela. Y es hasta este punto donde quería llegar.
Obviamente, cuando estás empezando, aunque eres consciente de la situación, te embriaga la emoción y accedes a ello. Yo también, hace años, pasé por situaciones como ésta, pero cuando pasa el tiempo, te das cuenta de que se convierte en una actividad que destruye tu actividad profesional, literalmente. Porque cada año aparece una nueva remesa de modelos con hambre de comerse el mundo o, por lo menos, de engordar su ego... y ya os adelanto desde la experiencia, que el ego no da de comer.
Una colaboración donde alguna de las partes saca un beneficio económico, NO ES REAL ni apela a la esencia de lo que debería ser, porque no todos salen beneficiados de igual forma. Al final, las marcas van a percibir una remuneración a través del uso de esas fotografías y del uso de tu imagen. Por eso siempre os digo que un catálogo NUNCA lo hagáis gratis. Los modelos son parte de los costes de producción que hay que tener en mente cuando se saca una nueva colección.
En Moda hay dos tipos de tarifas para un modelo, cuando se realiza un trabajo. O por lo menos así debería ser:
1.: La tarifa por las horas de trabajo (tu tiempo como modelo invertido en el shooting)
2.: La tarifa por derechos de imagen (que dependiendo de los medios donde vaya a ser publicada y de la extensión en el tiempo, puede variar)
Con todo ello, hay que elaborar un presupuesto en función de cómo valoréis vuestro conocimiento, experiencia y valor de vuestra imagen.
No puede ser que una modelo newface tenga la misma tarifa que una modelo con experiencia, porque el resultado no va a ser el mismo, partiendo desde el tiempo de shooting que se va a emplear. Siempre, una persona, modelo, fotógrafo, estilista, maquillador o peluquero, va a tardar mucho más en ejecutar su trabajo por falta de experiencia, que un profesional que ya sabe exactamente como realizar el trabajo que se le demanda. Y al final, el tiempo es dinero.
Muchos de mis alumnos han recurrido a mí para preguntarme qué tarifa pueden dar a una marca que les requiere sus servicios.
Yo siempre contesto: "Depende".
Hay que valorar la trayectoria de la marca y el uso que va a hacer con vuestra imagen. Y preguntarse: ¿Me compensa el trabajo por X dinero? ¿El material que voy a obtener me va a venir bien para mi trabajo? ¿Son muchas horas? ¿Es muy lejos? Todo eso hay que tenerlo en cuenta para poder dar una tarifa coherente, al igual que mirarse a una misma y saber en qué punto te encuentras.
Porque una cosa es como tú te veas y otra, cómo te ve la industria de la moda. Y esto parece ser un hueso duro de roer para muchas mentes. Que una cosa es tener autoestima, otra ego y otra los pies sobre la tierra. Son cualidades totalmente independientes.
Por lo cual, volvemos al inicio del post: Colaboraciones, ¿sí o no?
Si te encuentras en este punto y no sabes salir del eterno bucle de las colaboraciones, yo puedo ayudarte a través de mis asesorías online.

